lunes, 18 de enero de 2010

Sobresalir por debajo













Hay una desesperada búsqueda de los jóvenes por lo original.
Los nuevos cocineros se rompen la cabeza combinando estrambóticamente ingredientes y creando platos ridículamente preparados y presentados creyendo que así inventan una “nueva cocina”.
Lo mismo le sucede a los jóvenes creativos publicitarios.
Las ideas valen por su originalidad, independientemente del producto que teóricamente tratan de promover.
Y ni siquiera saben que ni en eso son originales, ya que en los psicodélicos sesentas, muchas veces la consigna del anunciante era: ”haceme algo bien loco”. 
La diferencia es que los publicitarios de entonces éramos locos, pero no boludos y sabíamos perfectamente que un fracaso comercial se pagaba con la pérdida de la cuenta.
Ustedes que están leyendo esto, ¿saben que es eso de darle la cuenta a una agencia? Porque ya no se estila más. Los anunciantes no se comprometen con sus agencias. Cada campaña se sortea, remata, licita, concursa a quién cobre menos y presente ideas más originales.
Hoy, la publicidad, la cocina y el mundo de las ideas en general se parecen a un partido de básquet, adonde los jugadores son cada vez más altos y cachetean la pelota cada vez más alto.
Excelente campo para que un jugador petiso les robe la pelota por abajo y convierta.

Recuerden que en medio de gente demasiado alta,
la única manera de sobresalir es por debajo.

1 comentario:

Aldo Barberis-Rusca dijo...

Desde hace un tiempo parece que la originalidad consiste en tratar de inventar palabras.
Esmowin hubo uno solo